Animados por el buen tiempo, miles de turistas, curiosos y devotos, se agolparon ayer en las inmediaciones de la Catedral y la iglesia de la Vera Cruz para poder seguir la procesión que conmemora la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, un paso popularmente conocido como ‘La Borriquilla’. Allí no faltaron palmas, ramas de olivo y de laurel, que, tras ser bendecidas por el Arzobispo Braulio Rodríguez en la puerta de la catedral, acompañaron al paso en todo su recorrido.
La jornada del Domingo de Ramos tuvo en los niños a sus claros protagonistas. Por un lado, centenares de niños se afanaban por ver el paso entre los muchos asistentes, y por otro, las secciones infantiles de las 19 cofradías de la ciudad, que desfilaban tras tres cofrades de la Vera Cruz y que robaron gran parte del protagonismo a ‘La Borriquilla’.
Las palmas que se agitaban en la llegada del paso a la iglesia de la Vera Cruz fueron seguidas por las palabras del Arzobispo, quien puso así la primera piedra no oficial del camino de la Semana Santa vallisoletana.
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